Desde los tiempos antiguos, la humanidad se ha maravillado con los cuerpos celestes. Incluso algunos planetas y constelaciones que nuestros ...
Desde los tiempos antiguos, la humanidad se ha maravillado con los cuerpos celestes. Incluso algunos planetas y constelaciones que nuestros antepasados observaban fueron su inspiración para varios de sus dioses.
Conforme nuestra ciencia y tecnología avanzaban, también lo hacían nuestras aspiraciones no solo de encontrar nuevos planetas, si no que estos tuvieran la capacidad de albergar vida.
En fechas recientes, un equipo internacional de 200 científicos descubrió dos planetas que podrían cubrir los requisitos necesarios para soportar vida. Estos dos candidatos son similares a la Tierra: poseen un clima templado y podrían tener agua en estado líquido en su superficie.
Este descubrimiento estuvo a cargo de investigadores de la Universidad de Göttingen y miembros de CARMENES. Es un proyecto de colaboración entre Alemania y España que se dedica al rastreo de exoplanetas, con la ayuda del espectrógrafo del telescopio de 5 metros del Observatorio de Calar Alto, en Almería.
Este dispositivo, combinado con otros dos telescopios ibéricos, hicieron posible que los científicos pudieran investigar a la estrella Teegarden, una enana roja que se encuentra a tan solo 12 años luz del sistema solar.
La estrella Teegarden tiene alrededor de 8 mil millones de años, casi el doble de la edad del Sol, lo que indica que los planetas que lo orbitan pueden ser igual de antiguos. Esto significa que la vida tal y como la conocemos ha tenido suficiente tiempo para evolucionar.
«Los dos planetas de Teegarden son potencialmente habitables», dice Ignasi Ribas, del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña, para la revistaAstronomy & Astrophysics. «Eventualmente veremos si realmente son habitables y, quizás, incluso habitadas».
Para conseguir este descubrimiento, los científicos de CARMENES observaron a la estrella Teegarden durante tres años. Después de casi 200 mediciones sugirieron que dos pequeños planetas empujaban a la estrella, cada uno de ellos casi del mismo tamaño que nuestro planeta.
Para poder tener la hipótesis de la existencia de esos planetas, el equipo de investigadores primero tuvo que descartar ciertos sucesos que podrían pasar como cuerpos celestes, como las llamaradas solares, pero en el caso de Teegarden esto no sucede, es una estrella muy tranquila.
Las observaciones continuarán, pero el equipo de expertos es muy optimistas al respecto de que estos nuevos planetas pudieran soportar vida, e incluso no dudan de que exista ya en su superficie.
