Altoparlante Sabandijas Juan Manuel Partida Valdez Tiene mucha razón la dirigente nacional de MORENA, Yeidckol Polevnsky, en ...
Altoparlante
Sabandijas
Juan Manuel Partida Valdez
Tiene mucha razón la dirigente nacional de MORENA, Yeidckol Polevnsky, en su afirmación de que este partido político está lleno de sabandijas.
Con nuestra corrección de que no todas esas sabandijas se infiltraron, sino que muchas están desde el comienzo mismo, con el mesías a la cabeza.
Hay que ver simplemente las conferencias mañaneras del huerfanito para ver con mucha claridad al miserable ser humano que tenemos como presidente de la república.
Un dictador que todos los días fustiga a quienes disienten de sus designios divinos; su necedad y su intolerancia de dividir a los mexicanos entre los buenos que están con él y los malos, corruptos, fifís, neoliberales, conservadores y malos ciudadanos que disienten de sus dichos y de sus acciones.
El absurdo de fingir respeto a las opiniones divergentes, mientras al mismo tiempo las descalifica y hasta señala como parte de la mafia del poder.
Innegable que también tiene cosas buenas, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador es la sabandija mayor; en casi cuarenta años de periodista, no he conocido un político más farsante.
Mientras lloran e insultan los chairos, referimos algunos hechos que en opinión de quien esto escribe son demostración evidente de la farsa del mal llamado gobierno del cambio que en realidad es la transa disfrazada de esperanza.
Recordemos lo que tantas veces nos dijeron AMLO y sus apóstoles, de que nada más llegando su gobierno bajaría los precios de las gasolinas; la cantaleta de que el impuesto especial a los combustibles es un robo, y que por lo tanto tiene que desaparecer.
Pero el huerfanito dijo que siempre no; las gasolinas están hoy más caras que nunca, y el impuesto especial no solamente no desapareció, sino que incluso lo incrementaron.
Cientos de veces antes de llegar al poder y casi en todas las mañaneras han cuestionado los actos de corrupción en los contratos de obra pública, y ahora los vemos en sentido contrario de lo prometido, con compras en directo, contratos para los cuates y licitaciones amañadas con empresas corruptas.
La más reciente de las farsas es la de las disculpas públicas del gobierno de la república por el asesinato de dos estudiantes del ITESM a manos de militares, ocurrido hace nueve años.
No está mal que se disculpen, y que acepten que soldados asesinaron a dos jóvenes inocentes, y que la Secretaría de la Defensa Nacional actuó en complicidad con esos delincuentes al intentar hacerlos pasar como sicarios. Recordemos el posicionamiento oficial de que se abatió a dos “sicarios”, sostenido hasta que se vieron obligados a cambiar la versión institucional, que con el supuesto “fuego cruzado” mantuvo la protección de los asesinos.
Pero hay que ser muy hipócritas para señalar que desde el gobierno se cometieron dos asesinatos que han sido desvergonzadamente solapados, y dejar las cosas en la pura disculpa gubernamental.
Es obligación del gobierno perseguir y castigar a esos criminales, con todo el peso de la ley.
Con la puntualización de que éste es apenas uno de muchos casos de asesinatos y abusos de poder cometidos desde el gobierno, con la complicidad presidencial como constante.
Sucedió con Felipe Calderón y con Enrique Peña Nieto, y ocurre exactamente igual con López Obrador.
Tengan su cambio.