El uso de alertas para ayudarse entre mujeres en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, como portar una pulsera violeta o emitir un ...
El uso de alertas para ayudarse entre mujeres en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, como portar una pulsera violeta o emitir un saludo clave que permita saber que se está en peligro, si bien son una medida de auxilio inmediata, podrían ser contraproducentes, al grado de sobrealertar a los agresores o generar paranoia, consideraron especialistas.
“Sí, puede ser contraproducente. Entiendo cómo surgen las medidas y es por la falta de atención de las autoridades y son las únicas formas que las mujeres ven para no ser una más. Pero ponerte una pulsera no acabará con el problema”, dijo Shahin Corona, directora nacional de la asociación Rosas Rojas, a La Razón.
Agregó que hasta el momento tienen detectados alrededor de 90 casos de intentos de secuestro en el Metro, con base en el mapa difundido por Zoé Láscari, el cual incluye testimonios de años anteriores.
Reconoció que las medidas organizadas desde la sociedad civil tienen efectividad a cierto nivel, pero no acaban con el problema y tampoco lo dimensionan.
Por ello, lanzó un llamado a las usuarias para que observen las limitaciones de dichas medidas frente a la grave problemática que se vive, pues, advirtió, en México matan a nueve mujeres al día.
Por eso, en vez de centrarse en adquirir toda la responsabilidad estructural de la seguridad propia, deben concentrarse en exigir a las autoridades realizar su trabajo.
Sin embargo, dijo que lo que ha mantenido con vida a las campaña es la respuesta a gritos o llamados de auxilio, por lo que hizo un llamado en general a la población a apoyar “si ven a una compañera que está siendo acosada, molestada o en situación de riesgo”.
Por su parte, el investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales, Martín Barrón, aseguró: “Los delincuentes van a estar enterados. El hacer público que si traes una pulsera o que tienes una forma de identificarte u otras alternativas que se puedan tomar, muchas de las ocasiones resultan contraproducentes, por el exceso de violencia que pueden usar aquellas personas que se dedican a actividades delincuenciales”.
Respecto a la “psicosis colectiva”, consideró que a medida que muchas personas porten las pulseras o atiendan los llamados de auxilio, cualquier “mínimo acercamiento” desataría un conflicto. Por ello, llamó a que las medidas se usen con cautela.
“Si una persona, por alguna razón, se acerca de más, se pensaría que pretende algún acto delictivo. Está bien, la sociedad se tiene que organizar; pero el principal problema de lo que ha sucedido en los últimos meses, en los alrededores de las estaciones del Metro, es un problema de la investigación de las autoridades, desafortunadamente es lo que se dejó de hacer durante la administración pasada, las quejas no son nuevas”, consideró
Urgió a las autoridades a realizar una investigación profunda de lo que ya se conoce, estudiar el modus operandi y el perfil de los agresores, para establecer medidas adecuadas a lo que sucede. La presidenta de Rosas -Rojas coincidió en este exhorto, al afirmar que detrás de los intentos de secuestro podrían estar bandas de trata de personas.
Además, cuestionaron la efectividad de los ministerios públicos móviles que instaló la administración capitalina afuera de las estaciones del transporte para abatir la problemática, pues el que haya un mayor número de denuncias en éstos no significa que se generen carpetas de investigación con un seguimiento y consecuencias contra los agresores.
