A bordo de 49 autobuses que fueron proporcionados por el gobierno de Coahuila, alrededor de mil 600 migrantes arribaron a Piedras Negra...
A bordo de 49 autobuses que fueron proporcionados por el gobierno de Coahuila, alrededor de mil 600 migrantes arribaron a Piedras Negras en su trayecto a la frontera con Estados Unidos para solicitar asilo y mejorar su calidad de vida.
La caravana fue escoltada por elementos de las policías estatal y municipal y al llegar, fueron atendidos por servicios médicos para descartar enfermedades mayores; además, se les ingresó a un albergue mientras comienzan con sus procesos legales, aunque muchos manifestaron su inconformidad porque no se les deja salir y deambular por las calles.
El alcalde de Piedras Negras, Claudio Bres Garza, destacó que la aduana fronteriza de la localidad “es pequeña y (sólo) puede recibir 12 solicitudes por día, estamos hablando de 300 por mes o, lo que es lo mismo, una espera de cinco meses”.
Ayer, la secretaria de Seguridad Nacional en EU, Kirstjen Nielsen, adelantó que ese gobierno no tolerará el ingreso ilegal a su territorio de dos mil migrantes que, dijo, arribaron al norte de México, “y estamos listos para prevenirla”, afirmó.
Alrededor de dos mil 500 migrantes de la segunda caravana se encuentran entre los municipios de Mapastepec y Pijijiapan, Chiapas; mientras que una minoría sigue en Nuevo León y mil 600, en Piedras Negras.
Por separado, José Antonio Toriello, presidente de la Confederación Patronal Mexicana (Coparmex), informó que se han perdido 50 por ciento de ingresos por la entrada masiva de migrantes a Chiapas, principalmente en el municipio de Tapachula, debido a que aumentó la delincuencia.
En tanto, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), aseguró que la violencia es la principal causa para que los migrantes de Centroamérica arriben a México a buscar mejores oportunidades de vida, luego de un estudio realizado a migrantes en la frontera sur del país.
La ACNUR realizó 409 entrevistas a personas de Honduras, Guatemala y El Salvador principalmente, en Ciudad Hidalgo, Chiapas, con las que pudieron constatar que sólo 35 por ciento de las primeras 988 personas registradas ante el Instituto Nacional de Migración (INM) era parte de una caravana; mientras que el resto venía en grupos independientes.