Altoparlante Por Juan Manuel Partida Valdez En el PRI, dieron línea de que sobre los requisitos para ser candidatos hay que fingi...
Altoparlante
Por Juan Manuel Partida Valdez
En el PRI, dieron línea de que sobre los requisitos para ser candidatos hay que fingir que no hay línea, y bien mansitos se alinearon.
Pero por más que simulen que se acercan más a los ciudadanos, nada parece salvarlos de la derrota en la próxima elección presidencial; quitemos a los optimistas, exagerados que nunca faltan, para advertir que un segundo lugar sería para muchos un motivo de enorme festejo.
Por supuesto, no le negaremos a ningún partido político el derecho a intentar la supervivencia frente a la potencial catástrofe del 2018.
El problema que aquí vemos es precisamente que es mucho más lo que simulan que lo que hacen en beneficio del pueblo que dicen representar y defender.
El combate a la corrupción que hoy presumen es uno de esos engaños tan recurrentes cuando les entra la desesperación electoral, y que por experiencia cada vez menos mexicanos les creen.
Está muy rayado el tigre, por más que lo quieran despintar.
Al PRI no le alcanzan sus votos ni los de sus tradicionales aliados para mantener la presidencia de la república.
Que se prepara el camino para postular a José Antonio Meade Kuribreña, de quien presumen sumaría muchos votos de militantes o simpatizantes panistas.
Una alianza PRI-PAN dejaría al PRD con la obligación de sumarse a Morena y Andrés Manuel López Obrador, en el pragmatismo de que migajas siempre serán mejores que nada.
Por más que tricolores y blanquiazules nos digan que tienen el tercio mayor, quien de verdad aparece como puntero es el peje.
En cuanto a los adoctrinamientos y principios ideológicos, que todavía existen tanto en los ricos como en los pobres, se ve muy complicado que un panista o un izquierdista decidan votar por un candidato priísta.
Algunos se moverán abiertamente por convicción propia, sí, y otros lo harán bajo la mesa, por unas monedas.
Pero para que el PRI gane la presidencia el año próximo, se necesita mucho más que eso.
CAMINITO PRIVATIZADOR
Algo muy raro sucede en la Comisión Federal de Electricidad.
Esta paraestatal normalmente muy eficiente, repentinamente entró en una tardanza muy sospechosa en cuanto a la atención de reportes de fallas en el suministro de energía.
No hace mucho, aún con numerosos cortes en la ciudad, las cuadrillas reparaban de manera rápida los problemas.
Hoy encontramos reportes noticiosos de que en varias colonias que quedaron sin “luz”, las brigadas de la CFE llegaron diez o doce horas después, y hasta más; si la falla ocurrió en alguna sindicatura o ejido, peor.
Criminoso que es uno, entran las dudas de que desde los altos mandos pinoleros retoman la intención de empujar la privatización.
Durante buen rato nos han querido vender tramposamente la falsa idea de que es una paraestatal que trabaja con pérdidas, y parece que ahora nos quieren convencer de que ya no sirve ni para cubrir las fallas de suministro más básicas.
Esa absurda pretensión gubernamental de que una empresa del Estado, financiada con recursos del pueblo, debe funcionar como empresa privada.
Pendientes.