Javier Romero Práxis La celebración de la XXII Asamblea Nacional del PRI a celebrarse el día de mañana en la ciudad de México, ...
Javier Romero
Práxis
La celebración de la XXII Asamblea Nacional del PRI a celebrarse el día de mañana en la ciudad de México, es precedida por cinco reuniones temáticas que culminan hoy viernes en loa ciudades de Toluca, Campeche, Saltillo, Zapopan y Mazatlán.
En dichas reuniones se instalaron mesas de trabajo donde se discutieron y analizaron temas torales para el futuro del Partido y que tienen como finalidad reposicionar en el ánimo ciudadano, sus postulados a través de un revitalizado método de comunicación con el electorado, de cara al ya cercano proceso electoral del 2018.
Los priistas están ante el reto más importante en su ya cercano siglo de existencia partidaria, será su capacidad de comunicar su oferta política la clave para alcanzar el éxito anhelado.
La comunicación solo es posible mediante el uso de un lenguaje sencillo y accesible a todos los estratos sociales. Es tan importante que los políticos hablen un lenguaje que la gente pueda entender.
Para que a partir de la comprensión de lo que quieren decir, la gente decida y entonces apruebe o repruebe, elija o reelija.
De ahí que cuando el lenguaje político se desviste de matices para reducirse a clichés, estereotipos y consignas, la esencia misma de la política se desvanece.
Los clichés son palabras que giran sobre sí mismas, inservibles para el diálogo.
En nuestro país, el debate político está monopolizado por el eje “Populista-Tecnocrático”, tanto en el desarrollo económico, en desarrollo social, en el respeto a las libertades, en lo cultural, medio ambiente etc.
El electorado observa que a los mejores les falta convicción para defender sus fundamentos y a los malos y tóxicos les sobra apasionamiento, que a veces raya en violencia.
Son tiempos de una democracia sentimental, donde se imponen quienes confunden las realidades sociales con las redes sociales y en la que las apelaciones a la razón, antes entronizada, se desmigan al chocar con el muro de la ciber política.
La duda y los cuestionamientos son los requisitos para el diálogo y la acción política.
Los reclamos de inconformes ante el poder, genera tensión, la falta de consensos básicos como el que es necesario para ordenar las leyes, así como todos los grandes problemas que no pueden despacharse con el encastillamiento de quien se supone dueño de la única razón.
Los populistas no dudan. Eso sí, cambian, mutan, fluyen. Se contradicen a diario sin que nadie les pida cuentas, porque la solidez nunca les ha importado.
Elaborar un programa de acción con nuevos estatutos que se conviertan en declaración de principios, con rendición de cuentas y ética conformarán su visión de futuro.
Todos ellos son el reclamo ciudadano hacia toda la clase política, alcanzar los consensos y acuerdos en unidad de todos sus congresistas, convertirlos en acciones y trabajo partidario a través de comunicarlo adecuadamente será lo que marcará el éxito esperado.
De ese tamaño es el reto y por lo que se percibe los priistas están conscientes de ello y deberán ocuparse de ello.